La única mujer que no podía ser
suya era la única a la que deseaba...
Quizá fuera distante y más
guapa que espectacular, pero Alani Rivers era la clase de mujer a la que un
mercenario tan fogoso y apasionado como Jackson Savor no podía olvidar por más
que lo intentara.
Así que, cuando se despertó
junto a ella, desnuda y en su cama, sin recordar lo que había sucedido,
comprendió que alguien tenía que haberlo drogado. Después de sufrir un
secuestro, Alani había jurado no volver a confiar en los hombres. Pero Jackson,
aquel hombre fuerte e irresistible, con su toque de ternura, le hacía desear
que las cosas fueran distintas.
Mientras seguía la pista de
un misterioso desconocido, Jackson juró que removería cielo y tierra para
mantener a Alani sana y salva. Pero ¿qué había sucedido de verdad esa primera
noche? ¿Y la verdad los uniría más de lo que creían posible o pondría a Alani
en peligro de muerte?
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