Hay ocasiones, cuando menos te lo esperas, donde el destino
te entrega a la persona sin la que no puedes vivir.
Sedona Mackenzie tenía su vida perfectamente planificada;
hasta el café que bebía, el toque de queda según el que vivía, y las fórmulas
que resolvía para liberar el estrés. Tenía todo resuelto, es un pequeño y
efectivo cronograma. Entonces, el destino eligió intervenir en forma de un
encuentro casual con un chico que despierta emociones desconocidas dentro de
ella, dejándola aturdida y queriendo más.
Zander Zebowski no es el típico deportista universitario.
Por un lado, es un buen tipo.
En segundo lugar, es muy inteligente.
Y, es sensato.
La cosa más lejana en su mente estaba golpeando en forma de
una mujer que sólo puede ser su perdición.
Ésta no es la típica historia de amor en la que chico malo
conoce a chica buena. Ésta es una historia entre dos personas que son geniales
por su cuenta. Pero, uno con
el otro, son absolutamente perfectos.
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